Una luz en medio de la tiniebla,
se proyecta sobre un mar de alquitrán.
Las sirenas se apoderan del viento.
Tanto humo no deja respirar.

Ya no hay nadie en las calles, viven puertas adentro,
esperando impacientes frente al televisor,
las noticias que nutren sus cerebros de hielo,
en la Ciudad del Miedo.

No hay ilusión en la Ciudad del Miedo.

Las banderas cubren el horizonte.
Las murallas no dejan ver el sol.
De los bosques solo quedan cenizas.
La violencia aniquiló a la razón.

Los niños juegan a herirse, contagiados de rabia,
mientras sus padres felices les alientan al mal,
en un mundo enfermo y sin esperanza.

Ciudadano de la Ciudad del Miedo.
Un ejemplo ilustre de la sociedad.
Asomado al abismo desde un agujero.
Un ser sin corazón, sin valor ni criterio,
que se deja llevar.

Ya no quedan más que viejos recuerdos,
fotos grises de un pasado mejor.
Ya nadie lucha por sus ideales,
el odio les llena de oscuro rencor.

Ciudadano de la Ciudad del Miedo.
Un ejemplo ilustre de la sociedad.
Asomado al abismo desde un agujero.
Un ser sin corazón, sin valor ni criterio,
que se deja llevar.